De-generaciones

Ya mucho he comentado sobre los eventos faranduleros de nuestro, ahora gobernador, Henri Falcón, aquí en warilandia – diría Rufito-. Ayer fue la serenata a la Divina Pastora, que ya la ha convertido en un clásico trayendo incluso, al puma José Luis Rodríguez quien es evangélico pero igual vino a cantarle a la virgen hace unos años…
 
Pero ayer, la cosa fue verdaderamente cómica…o tragicómica, no sé. Yo lo vi por televisión, pendiente de ver a mi abu que se fue a vacilar su concierto. Vi a Los hermanos Rodríguez, La Rondalla Venezolana y Armando Manzanero que era el gancho para todas esas doñas que llenaron el lugar. También iba a cantar Vos Veis, que para mi es tan nulo como todos los anteriores. El asunto es que entre esas tres primeras luminarias que nombré habían como mil 200 años y aunque todo el mundo quisiera ser como Celia Cruz, Clint Eastwood, Rafael Cladera, e incluso, mi abu, no se pude. No se puede tener tantos años y seguir haciendo lo mismo de siempre.
 
Los hermanos Rodríguez ya no dan para más, se apoyan uno sobre el otro. La Rondalla Venezolana –que me pareció que tocó las mimas canciones que los hermanos- estaban súper perdidos: las guitarras por un lado y las voces por otro. No desafinaban pero no estaban acoplados. Y finalmente, el más esperado, Armando Manzanero, compositor de esas canciones con las que despechadamente todos hemos crecido, al final me sorprendió: está demasiado viejito, aunque tiene 73, que pudieran no ser taaaantos. Ciertamente el señor le ha compuesto muy romántico y córtate las venas a medio mundo, pero nunca ha sido buen cantante…y ahora menos….no se le entendía nada, muy chochito para cantar en sitios abiertos, no distinguías si estaba prendío o se le movía la plancha. Eso piensa uno cuando siempre está pendiente de algo que escudriñar en la tele, pero qué va, el man está muy viejito pa la gracia.
 
Lo único fino es que entonces, doñas como mi abu se tripearon sus canciones, bailaron y romantiquearon con “esta tarde vi llover, vi gente correr”, sin importar si los viejitos esos dan para más o no. Es su música, su época, lo que les gusta y por eso aclamaron cuando Manzanero dijo “gracias por invitarme, Don Henri”. Es una cuestión de generaciones, pues.
 
Qué digo yo? Si seguro que voy a ver Fito cuando tenga plancha y masque el agua cantando “yo puse las canciones en tu walkman”, recordando lo viejo que era aquello, o citando lugares inexistentes como el Caracas Hilton, mientras yo –mucho más joven que Fito, eso sí- lo seguiré aplaudiendo aunque llegue arrastrado al piano. Fito es 28 años más joven que Armando Manzanero. Dato inútil.